El 16 de noviembre de 2011 la UNESCO declaró «El Flamenco» como bien inmaterial de la humanidad. El flamenco tiene una esencia inefable. Con raíces milenarias y alimentado por la alegría, el misterio y el hondo sentir andaluz surge el flamenco en nuestra tierra. No pertenece a nadie, porque nos pertenece a todos. Proyectado al mundo entero gracias a las voces, anónimas y famosas, que le han dado cuerpo a lo largo de los siglos, hoy está más vivo que nunca. Es obligación de todos que jamás muera, porque es parte de nuestra esencia.